martes, 23 de diciembre de 2014

Cuba y Estados Unidos... Gracias!

La semana pasada recibimos la inmensa noticia de que Cuba y Estados Unidos reanudaron sus relaciones diplomáticas y con ella el aliento de que muchas injusticias cesarán. Por un lado, el bloqueo (embargo) económico hacia la Isla parece poder llegar a término, por otro, el comunismo cubano encontrará las vías democráticas para sostener sus ideales sin detrimento alguno para la vida y el ejercicio de la libertad de las y los ciudadanos. 

Hay una gran contradicción en un sistema que clama la justicia social y en su seno atrofia el crecimiento de la democracia. La única manera de que el último bastión comunista se sostenga legítimamente es siendo capaz de reconocer que el autoritarismo político y los ideales guerrilleros (igualmente autoritarios) son experiencias anacrónicas. Comprender que los frutos de la Revolución, los sacrificios que consolidaron el país que hoy es Cuba, merecen florecer bajo un nuevo paradigma. De otro modo, trágicamente, seguirán siendo verdugos de la enajenación, en la cual se mal entiende que los intereses comunitarios tienen algún curso de viabilidad cuando anulan el carácter individual de cada uno de los seres humanos que hacen posible ser comunidad. Y en su intento, estarán más cerca del fascismo que de una Cuba libre.

Hay también una gran contradicción en un sistema que clama la democracia y en su seno atrofia el crecimiento de las diferencias. Estados Unidos necesita comprometerse con el hecho de que el intervencionismo, o la segregación hacia otros modelos de producción y distribución económica, solo limitan el desarrollo de la humanidad. La economía global debe encontrar nuevos equilibrios para hacer vigentes modelos de crecimiento inclusivos, dinámicos y diferenciados. Así como las hegemonías políticas deben volverse cada vez más respetuosas de las realidades propias de cada país y dejar en mano de los ciudadanos el destino de sus prácticas institucionales, sin que por ello se justifique abuso alguno como ejercicio de la autodeterminación.

Estados Unidos debe apelar a su vocación de respeto a las libertades y comprender que Cuba tiene derecho a elegir el modo en que quiere vivir y crecer económicamente, a la vez que Cuba sepa respetar el curso histórico del resto de las naciones, sin apelar más (ninguno de estos países) a un mundo geopolíticamente divido en dos odios profundos. Las naciones se componen de seres humanos únicos (no de masas indiferenciadas). En cada uno de nosotros anida un modo distinto de ser por lo que es una atrocidad exigirnos elegir entre dos modelos, ambos agotados en sí mismos. Es tiempo de sumar todas nuestras voces, aprender nuevas maneras de vivir y garantizar una vida económica justa, libre y creativa para todos.

Perseveramos en la esperanza de que Guantánamo desaparezca, la reforma migratoria se logre y la tortura deje de encontrar justificación alguna.

Gracias.


Y tú... ¿qué regalo recibiste esta navidad?



Mágicas fiestas y grandes logros para este 2015.
Feliz Navidad.

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